Hace unos días me plantearon un reto: tenía que hacer una lista con los diez libros que más me hubiesen marcado, o que más hubiesen significado en mi vida. Me fue imposible. No pude elegir sólo diez. No pude llegar a determinar hasta dónde había llegado el efecto de mis libros favoritos sobre mi ser, no pude clasificarlos por orden de importancia para mí. Tan distintos, tan numerosos, tan bellos y tan únicos.
Os transcribo un artículo que me pareció soberbio, una comparativa sobre gente que lee y gente que no lo hace. Escrito por Charles Warnke y Rosemarie Urquico, lo podéis leer también aquí.
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