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viernes, 5 de julio de 2013

Todavía hay esperanza



Lo confieso: me gusta Nietzsche. Extravagante y algo desequilibrado, peculiar en sus composiciones musicales, rechazado en diversas ocasiones por mujeres a las que amaba, y autor de obras que requieren una ardua e intensa interpretación. Pese a ésto, tiene una de las aseveraciones sobre el amor más veraces y bellas que jamás he escuchado.

Seguramente hay tantos tipos de amores que sería imposible enumerarlos. Ni siquiera me es posible imaginarlos. Es amor el de una pareja que acaba de conocerse, pero también el de una pareja que llevan toda la vida juntos. Es amor lo que siente un viudo cuando una lágrima furtiva le recorre el rostro al ver una fotografía de su esposa fallecida. Es amor lo que siente un abuelo por su nieta, una madre por su hijo o lo que une a los hermanos. 

Y la amistad, la amistad también es amor. El más sencillo y desinteresado. Son esas personas que comparten tu felicidad y también tu desgracia. A algunos los conociste siendo todavía muy joven, y es posible que la vida os llevase por caminos diferentes, pero la conexión es tal, que cuando recibes buenas nuevas de ellos, no puedes evitar alegrarte infinitamente. Otros llegaron a tu vida y siguen en ella, y son los que echas en falta cuando se van, con los que esperas hablar cuando necesitas hablar con alguien, y por quienes eres capaz de hacer girar el mundo a la contra, si al hacerlo les ayudases. Con los que te enojas, pero por poco tiempo. Y a los que, aún estando a malas, defiendes a ultranza. 

Si en el mundo hay aproximadamente 7.000 millones de personas y todas ellas aman a alguien, o a varios, en alguna de las formas de las que hemos hablado, o en alguna de esas que no hemos sido capaces de imaginar, se puede llegar a una bellísima conclusión: pese a lo que parezca en múltiples ocasiones, en el mundo hay muchísimo más amor que odio (aunque el odio venda más). Y así, todavía hay esperanza.


Esta intempestiva reflexión surgía de una aseveración del singular Nietzsche. A veces conviene recordar que "Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal". 






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